Y su figura lo cautivó,
pero el poder de seducción de su pensamiento lo llevó a un universo desconocido,
a buscar desiertos sin arena o mares sin agua,
esperando en su camino encontrarse con ella,
con aquella mirada que en su corazón se enganchó cual pez muerde su carnada,
y su pensamiento busca a gritos las palabras de aquella sirena que a su mundo lo llevó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario